Del polvo al color: el nuevo comienzo de Amanda”
En la comuna 7, en el barrio Campestre, vive Amanda Montes: madre, hija y abuela. Una mujer que ha sostenido su vida a pulso, con las manos curtidas por el trabajo y el corazón firme a pesar de las pérdidas.
Durante 20 años, Amanda habitó una casa de piso de tierra. Un refugio humilde que una noche desapareció entre llamas, dejándola literalmente sobre el suelo. Ya antes había enfrentado uno de los dolores más profundos: la partida de su hijo. Desde entonces, su hogar quedó reducido a ella, su nieto de 5 años y su otro hijo, luchando unidos para no rendirse.

En esa noche de tragedia, la comunidad fue su mejor techo. Vecinos, amigos y personas del sector se acercaron, reunieron materiales, compartieron su tiempo y lograron levantar nuevamente su casa. Fue un acto de amor colectivo que llenó de vida lo que el fuego había consumido.
El sustento de Amanda ha sido siempre el mismo: la venta de pescado crudo. Ella misma lo consigue, lo arregla y lo ofrece en un pequeño espacio al lado de su vivienda. Un trabajo duro, de madrugadas y esfuerzo, pero que ha sido el motor que alimenta a su familia.
Hoy, su historia empieza a cambiar. Con la intervención de la Fundación Pisos, Amanda tendrá por fin un espacio digno, seguro y estable. Un piso firme que traerá salud y bienestar, especialmente para su nieto, que ahora podrá jugar sin enfermarse por la humedad o el polvo. Para ella, este cambio es más que una obra física: es un empujón de esperanza, una oportunidad para seguir adelante con más tranquilidad.

El impacto de su historia ha tocado corazones más allá de su barrio. Personas de diferentes sectores de la ciudad se unieron para realizar un mural en la fachada de su hogar, una ilustración que la representa y que hoy cuenta, a colores, la fuerza de una mujer que nunca dejó de levantarse.
La vida de Amanda es un recordatorio de que cuando una comunidad se une, los sueños se vuelven posibles… y los suelos se convierten en futuro.


